Escribir es un proceso solitario, hasta que llega el momento de entregar el manuscrito a otras personas: a la agente literaria que se encargará de encontrarle un hogar adecuado, a la editora que se cuidará del texto, al equipo de la editorial y a los que leerán la novela en primer lugar (periodistas, libreros, amigos). Desde que empecé a escribir La perla negra hasta que llegue a las librerías, el próximo mes de abril, han pasado muchas cosas: la corrección de las primeras pruebas, el diseño de la portada y por fin, hoy es el día en que el libro va a imprenta. Los que me seguís por Facebook, Twitter o Instagram ya sabéis que La perla negra saldrá publicada muy pronto en Ediciones B, y no puedo estar más feliz.
He vuelto a mi siglo XII tan querido, el de los trovadores de la luminosa Edad Media, como la llamaba el gran historiador Jacques Le Goff. La dama y el león transcurría en esa misma época, y para La tierra de Dios visité el Toledo de las tres culturas, la judía, la musulmana y la cristiana; y ambas novelas volverán a estar disponibles en ediciones económicas y en digital gracias a Ediciones B. En el caso de La perla negra, fue el sur de Francia y la ciudad de Narbona las que inspiraron la aventura de Isabeau de Fuòc.
¿Y quién es Isabeau? Empezó inspirada en la condesa Beatriz de Dia, una de las más famosas trobairitz de su época, cuyas poesías han llegado hasta nosotros y forman parte de la cultura medieval más exquisita. Después, a medida que iba escribiendo, la historia de Isabeau se transformó en la de una venganza, y la convertí en una ladrona pobre, amante de los libros y de la libertad, obligada a luchar contra las circunstancias y con un enemigo despiadado en la familia Montlaurèl. No todo es lo que parece, ni en la vida ni en las novelas, y por eso la historia de venganza tiene un final muy distinto, para Isabeau y para todos sus compañeros de la cofradía de los ladrones que capitanea el anciano judío Salomón. Tengo muchas ganas de que conozcáis a todos sus secuaces: al marinero Guerrejat, al Tuerto, a Carmesinda, a Íñiguez y a Joaquín… en fin, a todos los personajes que me han acompañado durante el viaje que ha representado escribir esta novela.
Me gustan el amor, las aventuras, la historia y la poesía, y en La perla negra encontraréis todo eso: he disfrutado muchísimo escribiéndola, documentándome e imaginándola. En este tablero de Pinterest he reunido algunas de las imágenes que me acompañaban durante la escritura de la novela. Dentro de poco serán los lectores quienes tengan La perla negra en sus manos, y espero que disfruten tanto como yo escribiéndola. Y bueno, como decía Alejandro Dumas: «Cuando hable el hierro, que calle la lengua».
Es la hora de La perla negra.