¿Abandonar un blog es como mudarse de casa? No lo creo, porque en el universo virtual paradójicamente todo queda, colgado, pendiente, activo, abierto, localizable. En cambio, las casas se dejan, las puertas se cierran y al volver a ellas (para emprender las prosaicas acciones: limpiar, vaciar, ceder el espacio a otro) ya son otras, más extrañas, sin los objetos de siempre que reconfortan y a los que reconocemos como propios. Abandonar un blog es dar la espalda a algo que permanece; abandonar una casa es saber que nunca será la misma que dejamos atrás.

Efectivamente, estoy haciendo lo que estáis pensando: filosofía de viernes por la noche, antes de una cena con amigos, con la experiencia que me da haberme mudado de casa en los últimos dos meses y haber migrado de un Blogger a este WordPress. Pero si la noche de los viernes no filosofamos, ¿qué día lo haríamos? Los lunes, imposible. Los martes hay demasiado trabajo, y el miércoles hay que terminarlo todo antes de que llegue el jueves, cansado. El viernes, pues. Sí, el viernes. Viernes, sí.

Sirvan estos párrafos para dar la bienvenida a quienes quieran leerme, y para decir a los que me quieren que ya he llegado, aquí y a mi casa. Espero que esta sea la vuestra 🙂